CAMBIO DE DESTINO
Por Noemí Correa España
Despierto a causa
del dolor << sentada en el comedor donde desayunaba con mis
hermanas>>. Recuerdo eso perfectamente. Se escucha un sonido detonante que aturde los oídos y corrompe la
tranquilidad del ambiente. En este momento
alguien grita ¡Empieza la guerra! Y en seguida un hombre grita la frase ¡Mi
corazón palpita desenfrenado! ¿Será dejavú? O podré ver el futuro…
Mi mente
retrocede en el tiempo. Me vi tirada en el suelo llorando; y la
melancolía era extrema hasta que vi una mujer, era como un Hada, con un resplandor inmenso que murmuro: - tienes que
salvar a tus hermanas y cambiar tu destino-. En seguida mi hermana Daniela jala
de mi brazo. Vuelvo en sí y me dice ¡Corre! Cuando salí de la casa quedé impactada
y no me pude mover. Había un tumulto de gente realizando una clase de danza. Mis
hermanas quedaron anonadadas y un poco asustadas. Me preguntaron qué hacer. Yo
intentaba recordar, pero ni siquiera sostenía la mirada. Entonces Tania me
soltó una bofetada y me pidió que reaccionara. En eso, dijo Estrella: - miren,
parece que nos van a atacar-. Esa escena como predestinada vino a mi mente y
les dije escaparan al patio detrás de la casa. Yo me escondí por ahí mismo y
noté que a la gente la metían en una clase de esfera cristalina que expulsaban
esos tanques y la gente subía por los cielos y cuando bajaban parecían no tener
alma y empezaban a actuar igual que la mayoría de las personas que danzaban con
desenfreno, como animales retorciéndose.
Mis piernas no las sentía y me temblaban. A la hora de querer correr,
caí boca abajo y pensé infinidades de posibilidades; en cómo salvar a quienes
más amo, mis hermanas, y en el recuerdo tan repentino de aquella mujer.
El hecho de pensar ambiciosamente queriendo
rescatar solo a mi linaje me parecía algo egoísta y estúpido. Me levanté y
corrí donde estaban mis hermanas; Daniela,
la menor, estaba llorando y me decía: - Jenny, qué está pasando, por qué la
gente se comparta así-. Le dije que no
había tiempo para explicaciones, teníamos que ser fuertes y luchar contra ello.
Tania me miró y dijo: - Sabes que papá siempre decía que si había problemas
mayores, utilizáramos las armas.
Sigilosamente
entramos a la casa. Esas bestias verdes y enanas estaban en la habitación, uno
piensa que será fácil matarlos, pero no son algo natural. Su nivel de controlar
tiempo-espacio es impresionante. Mientras explicaba esto a mis hermanas; uno de
esos enanos estaba atrás de Estrella. Antes de que pudiera atacarla, agarré su
brazo, lo jalé, tapé su boca y le rompí el cuello. Todo eso en un solo segundo. Estrella casi
gritaba, pero se detuvo. Todas me veían como si yo no fuera yo. Tania preguntó
qué era lo que me pasaba, le respondí que
no había tiempo para explicaciones.
Ya había visto ese futuro. Las creaturas
verdes estaban saqueando la casa. Enfurecí tanto, que la fuerza corrompió mis
huesos y empecé a actuar impulsivamente. Entré al cuarto y renací en un
espectro de nombre Shisha. Mis ojos eran tornasol y fluía como el agua de las cascadas.
Iba y venía de un lado a otro quebrando brazos y rompiendo piernas, azotando
cráneos y partiendo a la mitad las mandíbulas de aquellos monstruos. Mis
hermanas quedaron petrificadas. En el cuarto solo mi voz se escuchó diciendo ¡Saquen
las armas! Estrella y Tania sacaron del cajón de la ropa de papá la llave;
Daniela se metió debajo de la cama donde se ubica un contenedor
y abrió la cerradura que nos permitió agarrar las armas. Le dije a
Daniela que ella venía conmigo. Ella me
miró con asombro y me dijo: - Tú nos salvaras-. Sombríamente le respondí que no
solo a ellas, sino a todo el mundo
Salimos por la
parte trasera de la casa y de la nada salió un tanque destrozando el rejado. Apuntando
hacia nosotras salieron las esferas cristalinas. Empecé a esquivar las esferas.
Daniela estaba muy espantada y le dije mandé irse a un refugio con mis otras
hermanas, que después las buscaría.
Las creaturas me atraparon en la esfera y mientras subía
por el aire, podía ver los rostros desesperados de gente huyendo. Me senté en
la esfera y me sentí inútil. Cuando alcé
la mirada vi una especie de nave donde entraban y salían esferas. Vi mujeres y
niños llorando. Eso me dio valor para romper con esas ligaduras. Llegué al lugar
donde entraban las esferas. Me paré y la esfera desapareció. Atrás de la gente
estaban los monstruos y nos hicieron formar. En el centro del lugar había un
cilindro del que salió una pantalla
enorme y uno de los monstruos hizo una presentación: sus nombres eran chaneques
- ja, menudo nombre para las bestias- pensé. En eso, su líder pidió a la
gente cediera a rendirle culto y ser sus esclavos; de lo
contrario… Agarró a una niñita y la partió a la mitad. Sentí una rabia enorme.
El cheneque prosiguió diciendo que si querían vivir tendrían que entrar de uno
en a la cámara. La gente sumisa y asustada obedeció las órdenes. Pude observar
varios túneles adentro de la nave; caminé hacia el más cercano y cuando pude
escapar y llegar al túnel, empecé a inspeccionar el lugar; parecía un
laberinto. Caminé sin tener un rumbo fijo hasta que llegué a un lugar que
parecía una incubadora donde se encontraban las crías de los cheneques. Pensé
<< ahora es mi turno>>. Mi mente se empezó a perder y mi cuerpo respondía
por sí solo. Introduje la mano en los huevos, saqué los fetos y los aplasté con
mis garras. De repente, entraron varios chaneques y empezaron a atacarme. Nunca
sentí tanta adrenalina. Empecé a fluir. Me convertí de nuevo en Shisha. Los
chaneques quedaron sorprendidos y se retiraron, pero uno de ellos alcanzó a
atacarme, no me lastimó, pero me hizo aparecer en otra realidad, la cual
parecía un lugar donde se realizan peleas. Apareció su líder y , me miró me
dijo: - Así que tú eres Shisha-. Le respondí que yo me llamaba Jennifer,
que provenía de la familia Jiménez. El líder
se rió brutamente y me dijo: - En serio crees que eres humana-. -No lo creo, lo afirmo- respondí. Se alzó una
pared circular que nos encerró a los dos. Me dijo que eligiera un lugar para
pelear. En ese momento pensé que si llegase a morir me gustaría que fuera en el
mejor lugar de todos. Y con solo pensarlo, nos encontrábamos ya en aquel lugar;
se veía tan joven como cuando de niña jugaba allí. Las flores tenían el mismo
brillo. El cheneque dijo que ese era un
buen lugar para yacer. Sacó una espada de su mano y me la lanzó. Empezamos a
pelear, pero estaba un poco distraída con el paisaje << no recuerdo haber
estado aquí con mi mamá, pero de algún modo siento como si la mayor parte de mi
tiempo la hubiera pasado aquí con una persona especial>>. La pelea
parecía ir en mi contra. Estaba muy distraída pensando en quién podría ser esa
persona a la cual le tuve este afecto. Mi mente tuvo un pequeño recuerdo:
<< Era la cara de aquella Hada que
me estaba sonriendo. Me impacté cuando volví en sí y noté que el Cheneque me
había lastimado un brazo. No pude negarme a mi transformación. Mi mente divagaba
entre recuerdo y realidad ¿El Hada que
me rescató en aquellas memorias podría ser algo mas que un solo recuerdo? Me
pregunté a mí misma. Ella tal vez podría ser mi madre de otra vida, pero, quién
soy realmente. Mientras me cuestionaba, el cheneque líder lastimó mi otro
brazo. Aún así quise luchar. Una luz emergió de mi pecho, por un momento sentí
que mis heridas sanaban, pero, un frío
aterrador y el dolor carcomían mis entrañas. Cuando bajé la mirada vi que la
espada estaba clavada en mi vientre; el muy maldito logró traspasarme con ella
mientras estaba indefensa. En un último esfuerzo, saqué la espada y con un solo
movimiento, corté su cabeza.
El campo de flores
desapareció y mi mente solo pensó en un lugar y ese fue el laberinto. El campo
de batalla se transformó en esa escena. Mi cuerpo empezó a entumecerse. Mi vida caía gota por
gota. De la nada apareció un destello, voltee a ver y era el Hada de mis
recuerdos. Me mira y abraza tiernamente.
Ella cerró mi herida y dijo: - Tanto
tiempo sin verte, por lo visto no pudiste evitar tu muerte, pero cumpliste tu
cometido hija mía. Quiero que veas tu mundo. Agarró mi frente y vi un panorama
donde había gente muerta, incluyendo mis hermanas. Lloré, y le pregunté el
porqué de esa situación. El Hada me respondió dijo que cuando maté al líder de los chaneques; ellos mataron a los
humanos en venganza, pero tú puedes cambiar este final por otro que te plazca;
ya que tu poder no tiene fin. Pero a cambio
de regalar esperanza a la raza humana, tu vida será quitada. me estremecí y le
dije que quería vivir. Ella sonrió diciendo que se refería a mi vida como humana.
Tú serás conmigo y yo en ti. Miré hacia arriba y un destello iluminó todo lo
que alcanzaba a observar mi vista. Al fin comprendí que yo pertenecía al mundo
de la hada; ella me tomó de la mano y dijo:
- todo estará bien.