miércoles, 24 de abril de 2013

Bienvenidos al blog de ciencia ficción y fantasía mexicana

CAMBIO DE DESTINO
Por Noemí  Correa España
Despierto a causa del dolor << sentada en el comedor donde desayunaba con mis hermanas>>. Recuerdo eso perfectamente. Se escucha un sonido  detonante que aturde los oídos y corrompe la tranquilidad del ambiente. En este momento  alguien grita ¡Empieza la guerra!  Y en seguida un hombre grita la frase ¡Mi corazón palpita desenfrenado! ¿Será dejavú? O podré ver el futuro…
 Mi mente  retrocede en el tiempo. Me vi tirada en el suelo llorando; y la melancolía era extrema hasta que vi una mujer, era como un Hada, con un  resplandor inmenso que murmuro: - tienes que salvar a tus hermanas y cambiar tu destino-. En seguida mi hermana Daniela jala de mi brazo. Vuelvo en sí y me dice ¡Corre! Cuando salí de la casa quedé impactada y no me pude mover. Había un tumulto de gente realizando una clase de danza. Mis hermanas quedaron anonadadas y un poco asustadas. Me preguntaron qué hacer. Yo intentaba recordar, pero ni siquiera sostenía la mirada. Entonces Tania me soltó una bofetada y me pidió que reaccionara. En eso, dijo Estrella: - miren, parece que nos van a atacar-. Esa escena como predestinada vino a mi mente y les dije escaparan al patio detrás de la casa. Yo me escondí por ahí mismo y noté que a la gente la metían en una clase de esfera cristalina que expulsaban esos tanques y la gente subía por los cielos y cuando bajaban parecían no tener alma y empezaban a actuar igual que la mayoría de las personas que danzaban con desenfreno, como animales retorciéndose.  Mis piernas no las sentía y me temblaban. A la hora de querer correr, caí boca abajo y pensé infinidades de posibilidades; en cómo salvar a quienes más amo, mis hermanas, y en el recuerdo tan repentino de aquella mujer.
 El hecho de pensar ambiciosamente queriendo rescatar solo a mi linaje me parecía algo egoísta y estúpido. Me levanté y corrí  donde estaban mis hermanas; Daniela, la menor, estaba llorando y me decía: - Jenny, qué está pasando, por qué la gente se comparta así-.  Le dije que no había tiempo para explicaciones, teníamos que ser fuertes y luchar contra ello. Tania me miró y dijo: - Sabes que papá siempre decía que si había problemas mayores, utilizáramos las armas.
Sigilosamente entramos a la casa. Esas bestias verdes y enanas estaban en la habitación, uno piensa que será fácil matarlos, pero no son algo natural. Su nivel de controlar tiempo-espacio es impresionante. Mientras explicaba esto a mis hermanas; uno de esos enanos estaba atrás de Estrella. Antes de que pudiera atacarla, agarré su brazo, lo jalé, tapé su boca y le rompí el cuello.  Todo eso en un solo segundo. Estrella casi gritaba, pero se detuvo. Todas me veían como si yo no fuera yo. Tania preguntó qué era lo que  me pasaba, le respondí que no había tiempo para explicaciones.
 Ya había visto ese futuro. Las creaturas verdes estaban saqueando la casa. Enfurecí tanto, que la fuerza corrompió mis huesos y empecé a actuar impulsivamente. Entré al cuarto y renací en un espectro de nombre Shisha. Mis ojos eran  tornasol y fluía como el agua de las cascadas. Iba y venía de un lado a otro quebrando brazos y rompiendo piernas, azotando cráneos y partiendo a la mitad las mandíbulas de aquellos monstruos. Mis hermanas quedaron petrificadas. En el cuarto solo mi voz se escuchó diciendo ¡Saquen las armas! Estrella y Tania sacaron del cajón de la ropa de papá  la llave;  Daniela  se metió  debajo de la cama donde se ubica  un  contenedor  y abrió la cerradura que nos permitió agarrar las armas. Le dije a Daniela que ella  venía conmigo. Ella me miró con asombro y me dijo: - Tú nos salvaras-. Sombríamente le respondí que no solo a ellas, sino a todo el mundo
Salimos por la parte trasera de la casa y de la nada salió un tanque destrozando el rejado. Apuntando hacia nosotras salieron las esferas cristalinas. Empecé a esquivar las esferas. Daniela estaba muy espantada y le dije mandé irse a un refugio con mis otras hermanas, que después las buscaría.
Las creaturas  me atraparon en la esfera y mientras subía por el aire, podía ver los rostros desesperados de gente huyendo. Me senté en la esfera y me sentí  inútil. Cuando alcé la mirada vi una especie de nave donde entraban y salían esferas. Vi mujeres y niños llorando. Eso me dio valor para romper con esas ligaduras. Llegué al lugar donde entraban las esferas. Me paré y la esfera desapareció. Atrás de la gente estaban los monstruos y nos hicieron formar. En el centro del lugar había un cilindro del que  salió una pantalla enorme y uno de los monstruos hizo una presentación: sus nombres eran chaneques - ja, menudo nombre para las bestias- pensé. En eso, su líder pidió a la gente  cediera  a rendirle culto y ser sus esclavos; de lo contrario… Agarró a una niñita y la partió a la mitad. Sentí una rabia enorme. El cheneque prosiguió diciendo que si querían vivir tendrían que entrar de uno en a la cámara. La gente sumisa y asustada obedeció las órdenes. Pude observar varios túneles adentro de la nave; caminé hacia el más cercano y cuando pude escapar y llegar al túnel, empecé a inspeccionar el lugar; parecía un laberinto. Caminé sin tener un rumbo fijo hasta que llegué a un lugar que parecía una incubadora donde se encontraban las crías de los cheneques. Pensé << ahora es mi turno>>. Mi mente se empezó a perder y mi cuerpo respondía por sí solo. Introduje la mano en los huevos, saqué los fetos y los aplasté con mis garras. De repente, entraron varios chaneques y empezaron a atacarme. Nunca sentí tanta adrenalina. Empecé a fluir. Me convertí de nuevo en Shisha. Los chaneques quedaron sorprendidos y se retiraron, pero uno de ellos alcanzó a atacarme, no me lastimó, pero me hizo aparecer en otra realidad, la cual parecía un lugar donde se realizan peleas. Apareció su líder y , me miró me dijo: - Así que tú eres Shisha-. Le respondí que yo me llamaba Jennifer, que  provenía de la familia Jiménez. El líder se rió brutamente y me dijo: - En serio crees que eres humana-.  -No lo creo, lo afirmo- respondí. Se alzó una pared circular que nos encerró a los dos. Me dijo que eligiera un lugar para pelear. En ese momento pensé que si llegase a morir me gustaría que fuera en el mejor lugar de todos. Y con solo pensarlo, nos encontrábamos ya en aquel lugar; se veía tan joven como cuando de niña jugaba allí. Las flores tenían el mismo brillo. El cheneque  dijo que ese era un buen lugar para yacer. Sacó una espada de su mano y me la lanzó. Empezamos a pelear, pero estaba un poco distraída con el paisaje << no recuerdo haber estado aquí con mi mamá, pero de algún modo siento como si la mayor parte de mi tiempo la hubiera pasado aquí con una persona especial>>. La pelea parecía ir en mi contra. Estaba muy distraída pensando en quién podría ser esa persona a la cual le tuve este afecto. Mi mente tuvo un pequeño recuerdo: << Era la cara de aquella Hada  que me estaba sonriendo. Me impacté cuando volví en sí y noté que el Cheneque me había lastimado un brazo. No pude negarme a mi transformación. Mi mente divagaba entre recuerdo y realidad  ¿El Hada que me rescató en aquellas memorias podría ser algo mas que un solo recuerdo? Me pregunté a mí misma. Ella tal vez podría ser mi madre de otra vida, pero, quién soy realmente. Mientras me cuestionaba, el cheneque líder lastimó mi otro brazo. Aún así quise luchar. Una luz emergió de mi pecho, por un momento sentí que mis heridas sanaban, pero,  un frío aterrador y el dolor carcomían mis entrañas. Cuando bajé la mirada vi que la espada estaba clavada en mi vientre; el muy maldito logró traspasarme con ella mientras estaba indefensa. En un último esfuerzo, saqué la espada y con un solo movimiento, corté su cabeza.


El campo de flores desapareció y mi mente solo pensó en un lugar y ese fue el laberinto. El campo de batalla se transformó en esa escena. Mi cuerpo  empezó a entumecerse. Mi vida caía gota por gota. De la nada apareció un destello, voltee a ver y era el Hada de mis recuerdos. Me mira  y abraza tiernamente. Ella   cerró mi herida y dijo: - Tanto tiempo sin verte, por lo visto no pudiste evitar tu muerte, pero cumpliste tu cometido hija mía. Quiero que veas tu mundo. Agarró mi frente y vi un panorama donde había gente muerta, incluyendo mis hermanas. Lloré, y le pregunté el porqué de esa situación. El Hada me respondió dijo que cuando maté al  líder de los chaneques; ellos mataron a los humanos en venganza, pero tú puedes cambiar este final por otro que te plazca; ya que tu poder  no tiene fin. Pero a cambio de regalar esperanza a la raza humana, tu vida será quitada. me estremecí y le dije que quería vivir. Ella sonrió diciendo que se refería a mi vida como humana. Tú serás conmigo y yo en ti. Miré hacia arriba y un destello iluminó todo lo que alcanzaba a observar mi vista. Al fin comprendí que yo pertenecía al mundo de la hada; ella me  tomó de la mano y dijo: - todo estará bien.